Rescato desde los verdaderos anales de la historia este bonico blog de escritura que dejé para sorpresa de nadie abandonado para dejar aquí esta recopilación de consejos para escribir relatos eróticos porque, sinceramente, es uno de mis géneros favoritos y leer una aberración que alguien catalogó como tal me hizo querer unos cuantos puntos sobre las íes.
Aquí respetamos el género y no os esperéis consejos para escribir libros como el de las 50 sombras o los de las portadas de señores fornidos sujetando a mujeres de melena al viento y vestido con una muy bien ubicada raja que deja ver su pierna perfectamente depilada... No, yo he aprendido gracias a cientos de fanfics a cada cual más intenso y bien escrito que el anterior y a escritores como mi mejor amigo que es un maestro de la narrativa y la sensualidad.
Dicho esto... ¡Aquí empiezan los consejos!
> Primera y más importante regla de todas las habidas y por haber: la violencia sexual NO es erótica. Entiende lo que constituye una violación, deconstruye tus ideas preconcebidas al respecto, lee las experiencias de víctimas, conciénciate y tómatelo muy en serio. Vamos, el consentimiento va a ser tu nueva Biblia si quieres hacer erótica. No hay nada, pero reitero nada que quite más el morbo (no, ni tan siquiera unos calzoncillos roñosos) que un personaje viole a otro y te venda el autor que eso es normal y romantizable y para nada un acto criminal y un ejercicio de violencia sobre el cuerpo de otra persona.
No violéis, obviamente fuera de vuestros escritos y dentro a ser posible tampoco, por favor y gracias.
Y si por cualquier cosa, que puede pasar, tiene que haber una escena de violencia sexual por favor os lo pido por favor, etiquetadlo apropiadamente. Avisad a los posibles lectores, que no creo que seáis conscientes de la cantidad de gente ahí fuera que ha sufrido algo similar y eso les puede hacer revivir traumas horribles o simplemente hacerles sentir mal sin venir a cuento, que muches usan la ficción como escapismo y no es el plan retraumatizarles.
> El porno es de los peores referentes si quieres hacer erótica. En serio,
de los peores si no el peor. Esto da para debate largo, pero por resumir: es muy
irreal, muy pocas veces usa herramientas que te vayan a servir para crear
erótica y está tan pero tan sesgado para la cishet male gaze (vamos, que es
por y para el único disfrute de hombres cishetero) que te va a servir de poco a nada. Si lo usas que sea para referencias
concretas no mucho más. Eres mejor que eso, creo en ti ♥.
>
Replantéate tu concepto del erotismo y lo que es "sexy". Parecerá una
tontería, pero la mayoría de gente piensa sólo en el aspecto físico y sí les
resulta atractivo o no y que el sexo por ser sexo es erótico. Por favor
superemos eso que tenemos una edad ya. Estudia desde patrones en personajes que
te ponen a mil a escenas de cine que son la mar de eróticas. Verás que el uso
del color, los planos de cámara, la música, el tono de voz, los microgestos y
mil detalles más son los que crean la erótica más allá de tener un cuerpo de supermodelo.
> Si haces
un poco de estudio te darás cuenta de que la erótica se sustenta en tres
grandes pilares: el componente visual, auditivo y sensorial. Es decir: lo que
vemos, lo que oímos y lo que sentimos. Y esto es una putada porque ninguna de
esas cosas es fácilmente traducida a palabras. Una imagen impacta con fuerza y
rapidez, un sonido como un gemido o una frase sexy tarda más, pero acaba
llegando y una sensación placentera es casi instantánea. Ah, pero leer algo...
Sí, mi querido lector, es
difícil. No imposible, pero difícil sí. El truco está en "traducir" ese lenguaje al que vamos a usar nosotros que es pura letra escrita. Más o
menos la cosa es esta:
> El
componente visual se traduce en descripciones. Sí, esas que por lo visto muchos
odian tanto, se siente, no soy yo, es lo que toca. Tienes que describir mucho
(mucho), en profundidad, pero a la vez siendo conciso. Por el amor de todos los
dioses, sé que tienes muy clara en tu cabeza la idea que quieres transmitir, pero si no la describes adecuadamente el lector no va a poder verla. No te contentes
con acciones o descriptores que sean un mero adjetivo o adverbio. Párate,
disfruta de lo que escribes. Si algo es importante, merece mimo
(mimo = descripción). Haz comparaciones, cuenta detalles que a primera vista no
se verían, pon contexto, transmíteme la idea de qué posición exacta tiene cada
elemento en ese instante. Piensa que eres un director de cine con una cámara:
cambia de planos, haz zoom, mira desde otros ángulos, cuéntame que hay en esa
mesita de noche que tiembla junto a la cama en cada embestida... Enamórate un
poquito con los detalles y tómate pausas para apreciar la imagen general.
> El
componente auditivo tiene truco, porque la respuesta sencilla aquí sería
equipararlos al diálogo, pero te voy a hacer una pregunta seria... ¿Tú
conversas con la persona con la que tienes sexo? No pregunto si habláis o decís
cosas, digo conversar. Pues es diálogo es una conversación, no una serie de
frases dispersas así que no, no es lo mismo. Aquí tienes que ser astuto con el
tempo y la forma en la que colocas esos verbos tan obvios como gemir o jadear y
demás. Si al más mínimo roce haces que el personaje se ponga a gemir, pues
aparte de forzado vas a hacer que los gemidos más tarde no sean nada especial.
Busca cómo hacen otros autores si te sientes perdido en cómo describir cosas
aparte de lo obvio, pero vamos, el truco es pensar en qué más hay en esa voz
aparte de los gimoteos y recordar que cuanto más usas un recurso, más fuerza va
perdiendo.
Por otro lado,
antes había hablado de las conversaciones en la cama... Baby, esto es ficción,
no tienes que ser realista si la realidad es bien pobre. ¡Haz que tus
personajes hablen en la cama! De nuevo, no hablo de frases sueltas (y que dan
un poco del vergüenza ajena para qué mentiros como el típico topicazo de "¿Te gusta, eh
guarra?") sino de diálogos
propiamente dichos. Déjales interactuar, hablar de lo que hacen, lo que quieren
que el otro le haga, lo que andan sintiendo... Si quieres algo más casual e
incluso bonito, haz que tengan conversaciones tontas mientras lo hacen, te
prometo que puede ser lo más adorable bien usado. El diálogo es el arma más
poderosa para construir personajes, no lo tires por la borda simplemente porque
en la vida real de corte hablar.
Eso sí, por
favor, que los personajes femeninos tengan algo más que decir aparte de asentir
a todo lo que le dicen y llamarse a sí mismas guarras/putitas/lo-que-sea. Por favor.
> Como me explicaron una vez en un taller de
creatividad para escritores, usa la regla de los 5 sentidos: si quieres que
algo impacte o llegue más "fuerte" al lector, describe sensaciones
relacionadas con los cinco sentidos. Los cinco, que no todo es hablar de orificios húmedos, calientes y apretados. Hay más sentidos y sensaciones en el mundo, ugh.
Ponte en la
piel de un personaje y describe lo que están enfocando sus ojos en ese preciso
instante (un lunar muy en concreto, los dedos de los pies curvándose de placer,
un caro jarrón que por poco se cae tras golpear la mesa...), lo que se oye de
fondo en la escena (la música que había preparado para la ocasión, el
rechinar de los muelles de somier barato, esa llamada del móvil que necesitaba
coger urgentemente pero justo ahora no... ), los olores y sabores que inundan
la escena (lo salado del sudor, el toque de perfume caro que se había echado
especialmente para la ocasión, el tacto de la ropa al morderla o el intenso
olor a canela de la vela aromática que llevaba horas encendida) y lo que siente
(física, emocional, trascendentalmente... Frío, calor, desesperación, ansia,
saciedad, antojo, cada una de sus uñas marcando su espalda de arriba a abajo,
saliva goteando por las comisuras, chispazos de placer por toda la columna,
seda rozando la piel, un aliento enarbolado en la coronilla...). ¡Os quejaréis
de ejemplos!
¡Y resárcete,
joder! Coge esa sensación y elévala mucho más allá. ¡Ensálzala y haz que sea
todo lo poderosa que puedas, que estás escribiendo erótica, no un cuento
infantil, aquí las emociones o son fuertes o pasan sin pena ni gloria!
> Y
hablando de cómo describir cosas: una acción que describes se presupone que
continúa en el tiempo hasta que impliques que haces otra diferente. Eso implica
dos cosas: la primera, que no necesitas estar diciendo continuamente que tus
personajes están follando, lo damos por hecho, créeme; la segunda, que puedes
alargar la temporalidad de una acción todo lo que quieras simplemente no dando
paso a la siguiente aún. Ve variando posturas, momentos, escenarios para crear
ese dinamismo tan necesario (al fin y al cabo, las acciones mueven la trama)
pero sé listo y no vayas como en una presentación de diapositivas, dale su
tiempo a cada cosa y pausa esas acciones para meter descriptores y diálogos y
todo lo que se te ocurra.
Por poner un
ejemplo un poco gráfico: he llegado a escribir hasta dos páginas completas
donde la acción era solamente una felación, punto. En serio, si echas el freno
y te pones calmadamente a exprimir un momento cualquier cosa puede volverse más
de lo que pudiera parecer al principio. Y obviamente, a más contenido, más
tiempo tienes para entrar en contexto y más erótico resulta todo.
> Un relato
erótico tiene que ir de menos a más. Puede parecer algo muy tonto, pero a veces
estas cosas tan tontas son las que luego crean los errores más garrafales y
comunes. Yo comprendo que tengas ansia viva de llegar al momento del orgasmo que es lo que
querías escribir, pero si lo primero que me describes es un momento así, más
intenso… pues qué quieres que te diga, pero de ahí o vas a más o se te
desinfla todo como globito pinchado. Calma, todo a su debido tiempo.
Al fin y al cabo…
> Las preliminares son la clave. Aquí y en la vida real, pero especialmente aquí. A veces un relato erótico es más erótico porque tardan 50 páginas en acabar en la cama porque no hay nada más jugosito que la tensión sexual no resuelta. Además, las preliminares son perfectas para contextualizar y dar rienda suelta a las descripciones y mostrar el maravilloso trabajo de investigación que habrás hecho.
> Sobre el acto en sí no voy a decir mucho porque para gustos colores pero,
bueno, puestos a hablar… No creo que te sirva de mucho plantear ahí la escena
más sensual del universo para que luego pasen de misionero a perrito y a las
buenas noches. De nuevo, es ficción,
dale a la imaginación y explora cositas más allá. Para posiciones el kamasutra
se queda corto y oye, que a veces importa menos el cómo esté colocada la cosa
como lo que está pasando en sí. ¡Dale vidilla y salero, que tú
puedes!
> Por favor
haz que los dos (o más, o más…) personajes que estén en escena no tengan
horchata en las venas. Que haya acciones por ambas partes. No es nada erótico tirarse una
estrella de mar que sólo responde con OHs y AHs a todo. Juro y perjuro que cuando
los dos personajes se tienen igual de ganas y lo demuestran implícita y explícitamente en el texto todo es mucho más sexy. Poco más que decir aquí.
> Y
hablando de eso, otro punto cortito pero conciso: una cosa es tener un narrador
personal que no tiene mucho o ningún sentido que hable de lo que siente la otra
persona porque es su punto de vista y otra muy distinta que todo sea un yo,
mí, me, conmigo. Mutuo, el sexo es algo mutuo. Es aconsejable pero no necesario
describir lo que piensa o siente la otra persona, pero eso no es excusa para que en todo el relato apenas tenga acción alguna ni hable ni sienta ni padezca. Es una pareja sexual
no una muñeca hinchable, seamos consecuentes y no nos centremos únicamente en el placer de una persona.
> Una cosa
que se dice mucho en la escritura es que la investigación es crucial y aquí no
iba a ser menos. Infórmate mucho y harás todo mucho mejor y realista. O,
incluso, más que realista diría fácil de empatizar, que al final es un poco lo
que buscas en el lector, que pueda fácilmente ponerse en ese lugar y sentir
cositiñas. Lo que yo suelo ver mucho es que la gente dice que le preguntes a
otros por sus experiencias para tener información de primera mano y tal… Y mira,
no voy a decir que no pero tampoco que sí. A mí me da vergüenza ir preguntando
a la gente por su vida sexual, la verdad. Internet existe así que úsalo. Busca mucho. No te
quedes con el primer resultado en la búsqueda, compara unos cuantos y ve
variando y buscando cosas en paralelo. Te recomiendo ante todo cualquier sitio
tipo foro donde los usuarios responden a las preguntas con sus experiencias
personales que al final son las que cuentan. Y si vas a preguntarle a tu amigo,
por favor, hazlo con un poco de tacto.
Y no, la
saliva no es un lubricante y menos para el sexo anal. Por favor abandonemos ya ese cliché.
> Esta es algo más personal pero: coge las canciones más sexys que conozcas
y si no sabes de muchas, busca algunas en recomendaciones y ponte una playlist
que usar mientras escribes. Ayuda porque además de ponerte en el modo (al final
si la canción suena sexy es porque está usando recursos para serlo) si te dedicas
a ojear las letras te pueden ayudar mucho a la hora de sacar metáforas,
comparaciones, adjetivos, sensaciones y situaciones que harán maravillas en tus
escritos. Os presto la mía aquí para que le echéis un vistazo, que además de tener grandes temazos es muy sensual, lo prometo.
> Otra un poco personal, pero la erótica es amplia y oye, un relato así normalito y mono puede hacerse sin problema. Pero si quieres de verdad crear ese gusanillo en el lector y pillarle por banda… Es complicado que lo hagas con las cosas que son más “mundanas”. Así que, si tienes claro que vas a entrar en este mundillo, bueno… Mete los piececitos en el mundillo del kink/fetiche. En serio, ahí es donde vas a sacar más juguito rico para la erótica
Sh, primera regla, mente abierta, el kinkshaming está mal, si a ti no te pone se mira a otro lado y se deja estar. Que no te pienses que vas a entrar de golpe en el Circo de las Depravaciones y de ahí a la Hermandad del Puño en el Ano, que hay un espectro en el mundillo desde lo suave a lo más duro. Kink es el vendar los ojos, es el hermoso arte del shibari japonés, es el uso de cuero o látex, es el juego de roles… Poquito a poco pero sin miedo, valiente. Ya verás que merece la pena y da mucho juego luego escribiendo… (y en la vida real, jeje)
> Como
dicen por estos lares de internet, el porno no tiene por qué tener trama (de ahí el tag
PWP, del inglés “plot, what plot?” o “¿trama, qué trama?”). Pero, óyeme,
tampoco tiene por qué NO tenerla. De hecho, te reto a que la tenga. Te reto a
que tu relato erótico tenga introducción, nudo y desenlace más allá de
preliminares-sexo-orgasmo. El fin de un relato erótico de hecho ni siquiera
tiene por qué ser el éxtasis, el quedarse exhaustos, el dormirse al final o
irse a hacer otra cosa. Por poder puedes hasta poner el final del relato en
medio del meollo del asunto y estaría bien siempre y cuando ahí tengas el
desenlace del nudo argumental que has creado. Usa las herramientas que has
estado desarrollando para ambientar más allá del plas-plas-plas para darle
nuevos matices. Ex-amantes planteándose volver a darse una oportunidad, dos
personas que empiezan la noche odiándose y la acaban odiándose pero ahora desnudos
en una cama, un protagonista con miedo al rechazo perdiéndolo poco a poco
gracias a su amante y sus muestras de afecto y palabras de afirmación, un trío
un poco desastroso que gracias a la comunicación entre miembros acaba
conectando a la perfección, dos personas que comienzan la noche siendo extraños
que no volverán a repetir la experiencia más… Como persona obsesionada con la
psicología de personajes sólo puedo decir que pueden salir de ahí tramas que son maravillosas.
> Una cosa que se pregunta mucho cuando se trata de erótica… ¿Qué palabras tienes que usar y cuáles no para hablar de los genitales? Bueno, al respuesta es, sorprendentemente, un: pues depende. Esto es, otra vez, una apreciación más personal que general, pero la voy a argumentar bastante para que sea menos mi opinión y más un punto de vista formado.
Hay quien dice
que usar palabras como polla o coño es un no como una catedral porque es
obsceno y de mal gusto. Yo les digo “pero señora, ¿qué está escribiendo usted,
erótica o el diario de oraciones de una monja de clausura? ¿El punto a veces no
es de ser, de hecho, obsceno?”.
Tienes que
pensar la intención de tu relato primero de todo. Cuanto más “ñoño” y suave quieres
que sea, tienes que usar palabras menos específicas. Pene suena más suave que
polla, y si hablamos de “su miembro” pues aún más. A veces las cosas son más
obvias de lo que parece y puedes saltarte detalles que implicarían el uso de
palabras más específicas. Si quieres una erótica dura, obscena, visceral, las cosas se llaman
por su nombre. Ni se te ocurra decir cosas como “su soldadito/su flor” o usar
diminutivos con todo (braguitas, coñito, puntita, tetitas…) y cosas del estilo.
Por lo más sagrado, no, parecerá que estás infantilizando la narración y eso da un repelús importante.
No tengas
miedo de usar las palabras que vas a necesitar porque las cosas, al final,
tienen un nombre concreto. Tampoco tienes por qué casarte de por vida con una
forma de decir las cosas, ve variando o el texto se hará un poco pesado al
repetir tanto lo mismo y, oye (y esto lo he usado mucho) si el ritmo de tu
historia cambia, puedes también cambiar las palabras que usas para denominar
las cosas. Vamos, pasar de decir follar a hacer el amor puede ser un recurso
narrativo estupendo si está bien colocado.
Y te digo
desde ya que, si quieres poner a tus lectores, sé un poco cerdo. No tengas
vergüenza.
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